El espacio del silencio

Por qué será que la noche es mi territorio, el espacio del silencio que por el día se me escabulle y da paso a una elocuencia más fuerte que la intención de comunicarme. Será porque el día no es sino lugar de paso para la noche y requiere de preámbulo. O será otra forma de recogimiento, pues en tanto hablo, preservo la débil virginidad de mi mente abierta a la experiencia de la comunicación del otro.

Comoquiera que sea pertenezco al ámbito de los búhos, de los vampiros de la sabia que chorrean la luna y las estrellas, de los ladrones de olas en la mar cuando ennegrece o platea después de bañarse en oro sin solución de continuidad.

Y así cumplo con el deber de los extremos que conforman cualquier vida. La mía y la tuya, corazón de espuma, cabalgando entre el amor y la muerte. Ora tocando las estrellas ora zambullida en las sombras de las entrañas de la tierra.